Son muchas las áreas del quehacer de la gestión pública que pueden verse beneficiadas por el uso de información geoespacial multisectorial e integrada y de particular interés aquellas que se relacionan con los objetivos programáticos del gobierno de la presidenta Bachelet en el ámbito social, patrimonial y territorial. Por ejemplo, iniciativas tan importantes como el plan de ordenamiento territorial previsto en este programa, enfocado en establecer un equilibrio entre los requerimientos del crecimiento económico, las necesidades de las comunidades y el respeto y cuidado del medio ambiente.
Aquí es indispensable que cada una de las instituciones del Estado genere información de calidad y la ponga a disposición a través de medios tecnológicos amigables, que permitan su acceso y uso para definir, por ejemplo, aquellos lugares en donde se permitirá actividades productivas o de generación de energía sin afectar negativamente a las personas, y dónde se podrán realizar proyectos con la agilidad que Chile requiere.
Los esfuerzos por fortalecer la descentralización, apoyando la planificación y la toma de decisiones de los gobiernos regionales, también deben tener sustento en información geoespacial con valor agregado, a partir de los análisis que realicen los equipos profesionales de las regiones del país. De esta manera el uso de este tipo de información contribuirá a materializar una visión de desarrollo territorial integrada y de largo plazo.
En este contexto, es de especial importancia el aporte que pueda generarse desde el nivel local, los municipios, para proveer información de detalle en la elaboración de las Estrategias de Desarrollo Regional y del Plan Regional de Ordenamiento Territorial, los PROT. En contraparte, los gobiernos regionales pueden aportar con información a los niveles municipales para la Elaboración de los Planes de Desarrollo Comunal (Pladecos), con objeto de asegurar la coherencia de las inversiones locales y regionales.
Otros tantos ámbitos del quehacer público requieren un enfoque territorial y el empleo de información territorial: el trabajo con las comunidades indígenas para el estudio de la situación de las tierras fiscales que actualmente ocupan los pueblos originarios y cuyo traspaso está aún pendiente. En materia de agricultura, el manejo del recurso hídrico, abordando las problemáticas de restricción de los acuíferos y el otorgamiento de nuevos derechos de aprovechamiento. En el sector turismo, la información del territorio debe ser preponderante en la definición de nuevas zonas de interés turístico, en la planificación de las inversiones en infraestructura y la implementación de plataformas digitales para los visitantes. En minería, contar con una cartografía geológica que cubra el territorio nacional en un 100%, para poder ejercer a cabalidad el derecho que la constitución otorga al Estado sobre los yacimientos mineros.
La visión de la IDE de Chile considera la participación abierta de múltiples actores, el uso masivo de la información por parte de los ciudadanos, la integración de escalas territoriales con un fuerte énfasis en lo local, y una creciente generación de conocimiento y conciencia geoespacial, entre los aspectos más importantes. Para ello se requiere continuar el trabajo colaborativo e integrado que ha dado fuerza a esta iniciativa, avanzar en el fortalecimiento institucional, asimilar e incorporar los avances de la tecnología, mejorar continuamente la información pública y promover el desarrollo de capacidades para maximizar el provecho de este importante recurso para el desarrollo y bienestar del país.